En Lavallière, la familia floral se convierte en un fragante tributo al accesorio más fluido que inspira la actitud más fluida. Lavallière es esa unión de YSL entre lo masculino y lo femenino: el toque sedoso de esta pieza icónica se encuentra en las exquisitas y delicadas notas de higo. Una grosella negra chispeante realzada por una preciosa rosa facetada firma esta composición con un toque verde floral, difuminando la línea entre la masculinidad y la feminidad en una estela sensual.

Tomando su nombre de una mujer —la duquesa de la Vallière—, pero inspirado originalmente en accesorios masculinos —las chorreras—, el lavallière es, por su propia naturaleza, de género fluido. Con el tiempo, Saint Laurent convirtió el lavallière en el accesorio más YSL de todos. Una pieza icónica para adornar siluetas emancipadas de todas las normas de género.

Un homenaje al estilo de YVES SAINT LAURENT. Tuxedo, Trench, Blouse... cada fragancia unisex interpreta una prenda central del emblemático armario de Yves Saint Laurent. Un armario olfativo único y lujoso para dar el poder de expresar la identidad y la singularidad donde la quintaesencia del estilo se convierte en fragancia.

El tapón está adornado con una placa de plata tallada con el logotipo insignia. En un juego de acabados mates y brillantes, la textura del tapón refleja la tela del icónico esmoquin de Yves Saint Laurent: el «grain de poudre». El nombre de la fragancia está enmarcado por un sobrio ribete cuadrado plateado, en el que aparecen los dos principales ingredientes preciosos. El grueso fondo de cristal crea múltiples reflejos geométricos que realzan su pureza arquitectónica.